La Unión Sindical Obrera defiende la necesidad de un diálogo social transparente e inclusivo, en el que estén presentes todos los agentes sociales, sin excepción, para lograr una recuperación económica real y solidaria. Ante el acuerdo suscrito por el Gobierno, CC.OO, UGT, CEOE y CEPYME el 29 de julio, USO aboga porque el diálogo social se abra a más interlocutores, que también representan legítimamente a los trabajadores y trabajadoras españoles, haciendo que sea más democrático y transparente.
Con las elecciones municipales, autonómicas y generales a las puertas, es llamativo que el Ejecutivo, que ha gobernado durante toda la legislatura a golpe de Real Decreto Ley, sin consenso ni diálogo, se decida ahora por sentar en la mesa a algunos sindicatos y a las organizaciones empresariales para dar a conocer un acuerdo que no es más que una declaración de intenciones y de propuestas a realizar, unas de futuro y algunas que, incluso, ya están en marcha.
Un acuedo que recoge muchos enunciados declarativos, pero pocas propuestas concretas, sobre una gran variedad de temas que van desde la Unión Europea; un plan de empleo propagandístico y sin definir; temas viejos y recurrentes como la formación dual, el Sistema de Garantía Juvenil, la lucha contra la dualidad del mercado laboral, la potenciación de los servicios público de empleo, Seguridad y salud laboral, hasta la protección social. Para USO la verdadera motivación, sobre todo para CC.OO., UGT y CEOE, que ha reactivado el diáologo social en los últimos meses no es otra que la renovación del Acuerdo Tripartito de Formación y del II Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva.
Se trata, por tanto, de un texto de lleno de lugares comunes, ambigüedades y perogrulladas ya muy repetidas en anteriores documentos del Gobierno, donde se plantean propuestas para desarrollar y negociar posteriormente con total opacidad, en el que no se define de dónde va a proceder la financiación ni está previsto el coste de su desarrollo e implantación. El texto finaliza con una referencia a las políticas salariales y de empleo del sector público, introduciendo de nuevo la tan temida flexibilidad como una de las soluciones, por lo que nos tenemos nuevos recortes y la merma de las condiciones laborales de un sector ya muy maltratado.
En el acuerdo no hay ni una sola mención a la Reforma Laboral y al resto de medidas y recortes sociales que han provocado la alarmante situación del mercado laboral en España. Es lógico, hasta cierto punto, que el Gobierno quiera vender unas medidas parche con carácter propagandístico pero nos parece inadmisible que CC.OO. y UGT se presten a esta estrategia. Exceptuando las dos reuniones que se han hecho públicas, se desconocen cuántos encuentros han tenido lugar y qué temas se están tratando. Una falta de transparencia que es poco democrática y muy preocupante.
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